Toda la vida fui fanático de la película Limitless en la que el protagonista se tomaba una pastilla que desarrollaba múltiples capacidades como extrema inteligencia, intuición ilimitada, empatía, anticipo a situaciones impensables para los demás y una capacidad de aprendizaje extraordinaria.
Esto me llevaba a pensar y cuestionarme:
¿Qué nos limita?
¿Cuáles son nuestros límites?
¿Quién los define?
¿Por qué nos ponemos límites?
Los principales límites están en nuestra mente. En nuestra mentalidad.
Discute de límites y encontrarás los tuyos.
Antes de sacar la famosa frase THINK DIFFERENT de Apple, Steve Jobs decía que las reglas en el mundo habían sido creadas por personas que no necesariamente eran mucho más inteligentes que nosotros. Y, nos invitaba a desafiar el status quo. Nos invitaba a ser rebeldes. Pero rebeldes con causa. A mejorar lo que vemos que no funciona bien, aún cuando todos los demás lo hagan.
Durante muchas lecturas que he realizado acerca de la mejora continua, la capacidad del ser humano, la evolución de nuestras mentes, el conocimiento y comportamiento; sumados a experiencias propias, me ha llevado a concluir que estamos obligados a ir descubriendo nuestros límites. Sin embargo, para lograrlo, debemos generar una metodología y sistema que nos permita ir probando de a poco hasta dónde se puede llegar. Sin parar nunca. Y no necesitamos de una pastilla mágica.
La metodología es simple:
Comienza con una Misión. Un propósito.
Ten una visión. Algo a lo que aspires lograr en tu vida.
Establece objetivos altos y de largo plazo. Procura que sean objetivos casi inalcanzables.
Crea estrategias para saber cómo lograrlo. Siente la libertad de cambiarlas o adaptarlas.
Ejecútalas. Nunca sabrás de lo que eres capaz si no comienzas.
Establece indicadores de gestión. Mide las cosas. Mide todo. Lo que no se mide no se controla. Lo que no se controla no se mejora.
Crea un mecanismo de mejora continua. Aprende de los errores y corrige. No importa cuál es la causa o de quién es la culpa. Solo controla, detecta y corrige.
Comienza nuevamente. Con un objetivo más grande.
Meditación. 20 minutos en silencio. Concentrado en la respiración. Ordenando pensamientos. Aclarando la mente. Descubriendo emociones. Analizando sentimientos. Volviendo a la respiración.
Pensar antes de hacer. Date tu tiempo para pensar.
Cada vez que pensemos que lo hemos logrado todo, acuérdate que hay gente, empresas, comunidades, sociedades, países, que han logrado mucho más. ¿Por qué detenernos ahí? ¿Quién nos limita? No dejemos que el ego nos gane la pelea. Siempre mantente humilde y aspira a más.
Y así, quizás logremos alcanzar no solo nuestros objetivos y visión, sino que habremos logrado nuestra misión. El propósito que siempre debe estar por encima de nuestras propias necesidades.
El mío es Mejorar la Calidad de Vida de las personas. Espero no parar nunca.
Guillermo Jouvin Arosemena
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