En la película Good Will Hunting, la conversación entre el Dr. Sean Maguire (Robin Williams) y el chico genio, Will Hunting (Matt Damon), me ha dejado reflexionando desde hace muchos años:
“Si te pregunto sobre arte, probablemente me darás la lista de todos los libros que se han escrito. Miguel Ángel, sabes mucho sobre él, sus obras, aspiraciones, su relación con el Papa, su orientación sexual, lo que sea. Pero apuesto a que nunca has estado dentro de la Capilla Sixtina. Nunca has olido ese olor especial”.
Es verdad que leer un libro jamás te dará la experiencia de vivir algo en la vida. Nada como sentir el miedo ante una situación de peligro. Nada como sentir el placer ante la experiencia de una situación satisfactoria. Nada como la adrenalina que genera una actividad de riesgo. Nada como la dopamina ante una situación de motivación y placer. Nada como la experiencia de haber vivido situaciones en las cuales una persona aprende por vivirlas en carne propia. Los errores que cometemos son la mejor manera de aprender. A Warren Buffet le preguntaron una vez que cómo hace para tomar tan buenas decisiones con sus inversiones, a lo que respondió que era por su experiencia. Y cuando le preguntaron que cómo hizo para tener tanta experiencia, respondió que fue por haber cometido errores. Y luego le preguntaron por qué había cometido errores, finalmente respondió que era por falta de experiencia.
La inexperiencia te hace cometer errores. Los errores te dan experiencia. Es un círculo virtuoso que no para nunca hasta el día que morimos. Pero leer un libro abre la mente. Te permite expandir la imaginación. Te ayuda a leer experiencias pasadas de personas que han decidido contarlo y transmitirlo. Un libro enseña. Un libro da cultura. Un libro transmite emociones. Un libro permite soñar. Prácticamente toda la evolución del ser humano ha sido por haber ido transmitiendo por medio de un libro enseñanzas y aprendizajes que se van acumulando. Es como tomar la posta en una carrera. El recorrido del primer corredor se traspasa al siguiente que toma el “testigo”. De igual manera con experiencias, aprendizajes, descubrimientos y cultura.
Tanto en ramas como la ciencia, la economía, los negocios, la psicología, la religión, así como cualquier otra rama en la que el ser humano ha experimentado, se han ido trasmitiendo por medio de un libro. Hoy en día hay diferentes tipos de libros. Ya sean impresos, digitales o auditivos, no deja de ser el mismo concepto: Eternizar una idea, filosofía, descubrimiento o aprendizajes que se pasan de una mente a otra. De quien la escribe a quien la lee. De quien la transmite a quien la recibe. Ese es el peso de la lectura.
Nunca te dejes engañar sobre este concepto. La lectura es tu mejor forma de culturizarte. Aún cuando jamás logres oler el interior de la Capilla Sixtina, (que realmente es extraordinario), te abrirá la mente a soñar. Y ese conocimiento te dará la libertad de pensar. Y el pensamiento conduce a la razón. Y la razón a evaluar cada acción. Y la acción es la que mueve al planeta. Así que sigue leyendo. Y si no lo haces, comienza ahora.
Guillermo Jouvin Arosemena
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