En los negocios y en la vida la “palabra “ es el factor de seriedad más importante que uno pueda tener. Tratar con gente seria es fundamental para mantener una relación de largo plazo.
Hoy en día se ha ido perdiendo entre las nuevas generaciones porque la moral y la ética han sido reemplazadas por la lujuria y avaricia. Los jóvenes quieren todo más rápido, más fácil, más grande y muchas veces olvidan que para lograr algo en la vida se debe trabajar para conseguirlo. Se deben crear relaciones y estas vienen acompañadas de la confianza y seriedad entre las partes.
Los contratos son importantes, te ayudan a dar un marco en la negociación, te permite establecer las reglas del juego, te indica los compromisos adquiridos, los derechos y obligaciones, incluso establece la forma de resolver en caso de controversias. Un fideicomiso es un instrumento más fuerte aún, se delega a un tercero la responsabilidad de hacer cumplir las instrucciones impartidas. Sin embargo, el espíritu de estos contratos se basan en un acuerdo previo entre dos o más personas. Y para ello, más que un documento legal que obliga a las partes, está la palabra.
Recuerdo a lo largo de mis 21 años de actividad empresarial, los mejores negocios los he hecho a base de palabra. Esos han perdurado en el tiempo sin necesidad de ningún contrato firmado. En cambio, también recuerdo haber firmado contratos bien elaborados, blindados para protegerme que me han resultado en pésimos negocios que han terminado en demandas y litigios legales. Evidentemente que la mayoría de los contratos han terminado bien, pero los realizados con gente seria son los que han tenido éxito. La base fundamental siempre ha sido la palabra.
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