En esta época, en donde a nivel mundial nos vemos envueltos por una pandemia que, sin lugar a dudas ha sido una de las más duras pruebas para el ser humano, su ciencia, sus creencias y sus desarrollos, tenemos que volver a mirar al hombre como ser antropológico; como un ser biológico, psicológico y espiritual.
Es allí en donde, al buscar dentro de nuestra psiquis, encontramos una serie de valores, propios del ser humano, propios de la persona. Estos son la inteligencia y la voluntad. Es necesario recordar que la inteligencia es el don de Dios que nos permite aprender, entender y reconocer la verdad; la voluntad es el motor del hombre que conlleva al mismo a optar entre lo bueno y lo óptimo. Dichos valores, en estos momentos, son los que debemos de poner en práctica como comunidad. Tener la capacidad intelectual para reconocernos vulnerables, que debemos seguir protocolos para evitar contagiarnos y contagiar a nuestra familia; y tener la voluntad de optar por el beneficio óptimo para la sociedad, sacrificando recursos materiales y económicos, mas no humanos.
Calando más profundo, encontramos nuestro espíritu, que sin él los valores antes mencionados se desmoronan. Es allí en donde nuestro cuerpo y mente se unen para creer en algo más; es en el espíritu donde encontramos nuestra fe y nuestra esperanza. Esta última debe ser activa, confiando en que nuestros actos voluntarios e intelectuales produzcan que el resultado que esperamos sea el óptimo. Inclusive en la doctrina cristiana, la esperanza es una virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido.
Aunque en este momento nos sintamos afligidos, tenemos que recordar que el Ecuador es un país que nunca pierde las esperanzas. Más bien siempre se encuentra en un estado optimista, creyendo en Dios, en su gente, en nuestras virtudes.
Los invito a mantenernos firmes ante esta crisis, a que confiemos en el esfuerzo de las grandes y pequeñas empresas que día a día se trabajan para sacar adelante al país, a confiar en los médicos que arriesgan su integridad para ayudarnos en la ardua tarea de palear los malestares causados por este brote y a confiar en los profesionales que desde nuestras casas estamos pensando en la recuperación económica del Ecuador.
No perdamos la esperanza.
- Stanley Gomez Ruperti
Gerente Administrativo de Etinar S.A.
Excelente reflexión, fusiona los ejes claves del ser humano, que en esta pandemia y en todos los órdenes de la vida, deben primar para el bien individual y el común.