Uno de los factores principales del control de la producción es tener claridad en lo que cuestan las cosas. Durante años se han creado distintos mecanismos de medición, valoración, cuantificación, formulación que permita determinar el verdadero costo de los productos o servicios que ofrecemos.
Existe el mecanismo de costo fijo y costo variable. El análisis de precios unitarios de cada rubro que ejecutamos. El costo directo y el costo indirecto. La metodología de avance de obra. Avance físico y económico. Rendimientos de mano de obra. Cálculo de desperdicios de insumos. Los insumos perdurables y los perecibles. Entre muchas otras maneras de calcular nuestras inversiones comparadas a la producción.
Lo que no se presupuesta no se controla. Lo que no se calcula no se controla. Lo que no se mide no se controla. Lo que no se controla se ignora. Esta es la principal tarea que debe tener el equipo de control de una empresa. Personal técnico que sepa evaluar rendimientos. Que sepan calcular desperdicios de materiales. Que puedan reutilizar los productos perdurables. Que sepan calcular tiempos y movimientos. Que sepan controlar la logística y abastecimiento oportuno. Que se sepa planificar. Que se sepa programar. Y que sepan medir para evaluar.
Asimismo, debe haber un equipo administrativo, financiero, contable. Este debe mantener en orden la documentación que refleje el gasto, inversión e inventarios de los desembolsos económicos realizados. Deben medirse las inversiones frente a un presupuesto inicial. Evaluar tendencias. Calcular proyecciones. Evaluar las futuras variaciones de precios de los insumos futuros a adquirir. Protegerse de cualquier variación futura. Calcular sucesos a priori para determinar tendencias. Pero también los eventos a posteriori para predecir el impacto económico. Y prevenir.
El equipo general debe conjuntamente contrastar ambos mundos de análisis. La práctica del campo con la data de la oficina y las computadoras. Determinar el avance físico. Establecer el avance económico. Evaluar el cumplimiento del cronograma de construcción y producción. Conocer la obra en curvas así como en físico. Ambos reportes son clave. Ambas perspectivas son cruciales para un buen control.
Con tan solo el 1% de avance de obra deberíamos proyectar el resultado del 100% de la construcción. Al menos, procurar establecer las tendencias y anticipar eventos que puedan desviar los resultados. Se debe proteger con contratos, compras anticipadas, cobertura financiera, minimizar en la mayor proporción los rubros variables o volátiles.
En eso hemos avanzado a pasos agigantados en Etinar. Tenemos herramientas y softwares de control extraordinarios. Las tablas informativas nos mantienen al tanto de todo. Los gráficos demuestran el cumplimiento de cada actividad. Las mediciones comparativas y relativas nos permiten evaluar permanentemente lo sucedido y por suceder. Estamos implementando BIM para tener otra herramienta visual de contraste. Hemos pasado de lo arcaico a lo moderno. Nos mantenemos a la vanguardia de la tecnología aplicada a la construcción.
Usamos controles transversales para reducir el margen de error. Lo técnico con lo contable y lo financiero. Desde enfoques numéricos, porcentuales y gráficos. Próximamente desde visualización 3D. Y creo que aún nos falta un montón por recorrer en el perfeccionamiento de nuestro control. El trabajo consiste en observar y medir lo que hacemos. Se trata de evaluar los errores que cometemos y cometerlos menos veces a un menor costo. Se trata de mejorar nuestro ratio de aprendizaje de manera exponencial. Se trata de usar la capacidad informática transformada en data para retroalimentar nuestros procesos. De eso se trata la mejora continua.