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Foto del escritorGuillermo Jouvin

Cambio de Discurso


En los años 1800’s la miseria en el mundo era generalizada. A excepción de miembros de las realezas o terratenientes, el mundo era muy pobre con relación a los estándares de vida que hoy conocemos. La mortalidad promedio era de 30-40 años de edad y el ingreso per capita entre 40 y 100 dólares por año. En tan solo doscientos años la riqueza de unos países creció exponencialmente pero la pobreza de otros se mantuvo tal cual. ¿Qué cambió?


¡Porque hay pobreza en el mundo no es la pregunta correcta, lo acertado es preguntar porque hay riqueza!


Evidentemente que la revolución industrial tuvo que ver en esta diferenciación entre países ricos y pobres. Pero la realidad lo que hubo es un cambio de discurso, un cambio de mentalidad. Unos pocos decidieron crear riqueza. Comenzaron a buscar mejoras en la salud, infraestructura, energías, creación de fuentes de trabajo, contribuir a los agentes económicos, estudiar y prepararse académicamente para aportar al mundo y salir de la pobreza personalmente y como sociedad en general. El día que esas personas se propusieron cambiar el mundo, comenzaron a distanciarse los indicadores económicos entre países.


Los pobres, sin buscar generalizar, piensan que su situación es así porque los ricos no los ayudan. Creen que los políticos no hacen nada por ellos. Por eso son fácilmente manipulables por las campañas demagógicas que ofrecen regalar dinero, viviendas o alimentación. No se dan cuenta que tan solo 200 años atrás, todos eran igual de pobres. Hace tan solo 3 o 4 generaciones, la mayoría de las personas en el mundo vivían en condiciones deplorables, a niveles de indigencia probablemente. En lugar de buscar dádivas lo que se debe hacer es trabajar, crear, emprender, arriesgar, sacrificar, para luego obtener réditos y salir de la pobreza y, quién sabe, hasta pasar a la riqueza.



Nuestra sociedad latinoamericana tiende a condenar el éxito. Ser empresario, banquero, industrial, normalmente es sinónimo de explotador. Casi todos los discursos populistas son de quitar al rico para darle al pobre. Países más desarrollados como Estados Unidos o Europeos han logrado entender que de la pobreza se sale trabajando. Muchos ecuatorianos que en nuestro país se quejan, salen y dan ejemplo de personas trabajadoras. Se superan y comienzan a entender que la receta para salir de su miseria es buscando las oportunidades que siempre están ahí. Países como Cuba, Venezuela, Argentina, han mostrado todo lo contrario. El éxito de los gobernantes de esos países es mantener la pobreza mientras ellos se convierten en multimillonarios; y sin trabajar. Engañan a la población, la dividen y su discurso es siempre contra los ricos. Países como China, antiguamente socialista, cambió su modelo, se abrió al mundo y hoy en día es potencia económica. Tiene aún mucha pobreza, pero trabajando se convertirán en la primera potencia. Japón fue bombardeada, no quedó nada en el año 1945; y ahora es la tercera economía más importante a nivel mundial. Son una referencia de disciplina, esfuerzo, trabajo y honor.


Es importante educar a nuestros hijos con valores. Trabajo y esfuerzo; honor y honestidad; puntualidad y respeto. Así lograrán salir adelante y contribuir a la sociedad. Ojalá todos fuéramos ricos, que logremos cambiar nuestro discurso. Porque sin lugar a dudas la forma de lograrlo es con ese cambio de mentalidad.


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